Cómo afectan a las finanzas las desigualdades
económicas en México
Por:
Dr. Ambrocio Alvarez Alvarado
Nuestro
país fue en 1988 la novena economía del mundo y es hoy en día la decimoquinta,
un retroceso económico impresionante; se tuvieron años de crecimiento promedio
del Producto Interno Bruto (PIB) por
arriba del 5% de 1930 a 1983, mientras
que en los último 40 años el PIB ha crecido en promedio 2%, ese sólo indicador
refleja porque México ha perdido escalones en el ranking de las economías más
grandes, lo cual debería ser al revés dadas las ventajas comerciales,
geográficas y de recursos naturales que se tienen. El crecimiento y
competitividad a nivel global de algunas empresas mexicanas como Cemex
(Cementos Mexicanos), Televisa y Grupo Alfa, entre otras, a fines de los años ochenta
obligó al gobierno mexicano a abrir más la economía y se firmó el Tratado de
Libre Comercio (TLC) con Canadá y los Estados Unidos, qué es uno de los países
que más consume a nivel mundial; hecho que nuestro país debió aprovechar para
crecer a tasas mayores, sin embargo sucedió al revés; es cierto que dicho
tratado y la incorporación de empresas mexicanas en los mercados globales
generó un crecimiento mucho mayor de las exportaciones y del PIB nominal,
creció el PIB en términos absolutos, es decir en cifras más no en porcentaje,
lo cual debió ser en sentido contrario. Algunos aspectos se explican, porque el
TLC y la entrada de México a la globalización sólo benefició a unos cuantos
como: a una burocracia gubernamental dorada, a unos cuantos políticos corruptos,
a una élite de empresarios favorecidos por el régimen, a otros poquísimos empresarios
corruptos y a unas cuantas empresas mexicanas globales que vieron crecer sus
gigantescas utilidades a cuenta de unos sueldos miserables para la clase trabajadora;
debido a lo anterior la desigualdad económica en muchos aspectos se acentúo en
nuestro país. La desigualdad en salarios, en ingresos familiares y en riqueza,
afecta notablemente las finanzas de las personas, las finanzas familiares, las
finanzas de las empresas y las finanzas públicas; la desigualdad económica es
un flagelo que debe ser combatido férreamente por el gobierno y la sociedad
civil de nuestro país, para que mejoren las finanzas de toda la población, en
beneficio del consumo, el ahorro y las inversiones productivas. A continuación
se presenta un análisis de como esta afecta a México en los rubros principales:
A). Aumento de la
pobreza: El
crecimiento del 2% del PIB en los últimos años sólo benefició a menos del 1% de
la población mexicana que vieron crecer exponencialmente sus ingresos, al punto
de que nuestro país tiene al menos 20 grandes multimillonarios en el ranking de
la revista Forbes, cerca de 20 familias en México tienen más del 30% de la
riqueza y no menos del 1% de personas que tiene altos ingresos están dentro de
la clase rica. Según cifras de
Leticia Merino del Instituto de Investigaciones
Sociales (IIS), hay casi 12 millones de personas de clase media alta,
alta y ricos, quienes concentran los recursos económicos de más de 84 millones
de personas con ingresos bajos o muy bajos. En 2002, subrayó, la riqueza de los
cuatro mexicanos más acaudalados representaba 2% del PIB, pero en 2018 fue
equivalente a 10 por ciento del PIB. Ante estos escenarios es prioritario atender
la desigualdad en México, es fundamental revertir los privilegios (políticos,
económicos y sociales) del 1% más rico de la población. Hoy contando los efectos de la pandemia México tiene cerca de 80
millones de pobres y más de 5 millones de personas en pobreza extrema, lo
anterior retrata la enorme desigualdad que se tiene en riqueza. Las últimas
cifras del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), ubicaban a 1 millón
de personas en la clase alta, a 47 millones en la clase media y media alta y a
79 millones en la clase baja, creciendo con mucho la clase baja, disminuyendo
la clase alta y media. México se está convirtiendo en un país de pobres, cuando
hace 30 años nuestro país estaba entre los países con una clase media que
representaba cerca del 60% y ahora es un 35%, hasta la clase alta se ha visto afectada
al disminuir en un 2%. Muchos de los grades ricos se han visto beneficiados por
una clase gobernante corrupta que ha favorecido a unos cuantos en lugar de
fomentar la aplicación de políticas públicas adecuadas para frenar este
desequilibrio que a futuro puede resultar
peligroso para la estabilidad social y política del país. El gobierno mexicano
tiene que implementar cuanto antes políticas fiscales y sociales adecuadas para
fijar impuestos más altos a los que más ganan y a los que más consumen e incentivar fiscalmente a los que menos
ganan; existen políticas suficientes, que si se aplican correctamente pueden
corregir el rumbo del país; pero sí los gobernantes con una clase burocrática
dorada que sólo ve por sus intereses, no diseña, formula y aplica las políticas públicas
adecuadas en coordinación con la sociedad civil, la desigualdad en riqueza será
persistente. Para ello también es fundamental que la sociedad civil exija una
mayor rendición de cuentas a los gobernantes. La concentración de la riqueza
afecta notablemente las finanzas de más de 100 millones de mexicano que han
visto reducir sus niveles de consumo e inversión, también este efecto dañino ha
afectado el crecimiento de nuestro país y las finanzas públicas.
B). Brecha salarial: En 2012 el salario medio del 10%
más rico de México era 30.5 veces mayor que el del 10% más pobre. Actualmente el promedio de sueldo mensual para una persona
de clase baja es menor a los 9 mil pesos sin considerar a los muy pobres cuyo
salario al mes es de aproximadamente 4 mil pesos, mientras que el sueldo
promedio de una persona de clase media es de 20 mil pesos y el de la clase alta
90 es de mil pesos; es de observarse una desigualdad monstruosa entre la clase
baja y la alta considerando los millones de personas que se tiene en la clase
baja. Mientras persista esta desigualdad, México estará retrocediendo en
competitividad y no podrá frenar los flagelos de la delincuencia y la inseguridad.
Es evidente que las finanzas de las personas que más ganan alcanzan para un
mayor consumo e inversión, mientras que el efecto financiero de las bajas
percepciones en la clase baja afectan disminuyendo el consumo y el ahorro, lo
que afecta a toda la economía. Leticia Merino
Pérez dijo que aun cuando los salarios de la población más pobre en México
aumentaran más que la media nacional, como lo sugiere el documento de la
Organización de las Naciones Unidas, tomaría más de 120 años emparejar la
brecha de salarios entre “ricos” y “pobres” en nuestro país. México es uno de los países más desiguales del mundo:
el 50 por ciento menos favorecido gana un promedio de 42 mil pesos al año, lo
que equivale a un 9% del total, mientras que cerca del 11 por ciento más
próspero, gana al año 30 veces más, cerca de 1 millón 300 mil pesos, cerca del
60% de los ingresos totales, esta enorme desigualdad, ha afectado notablemente
el crecimiento y desarrollo económico de nuestro país, y ha ensanchado las
desigualdades financieras, ante la falta de inclusión de los más pobres en los
servicios financieros que ofrecen las instituciones financieras. La desigualdad
se ha sentido en los estratos sociales de clase media y clase baja que se han
empobrecido los últimos años, ante el crecimiento de la riqueza de unos
cuantos; la gente trabaja mucho todos los días y el salario que perciben apenas
les sirve para sobrevivir contra unos pocos que viven en la riqueza,
disfrutando de todos los beneficios y satisfactores de la globalización. Para
poder combatir estos efectos, se han desarrollado una serie de mediciones de la
desigualdad por parte de instituciones globales como el Banco Mundial (BM) con
la finalidad de que los gobiernos enfrenten este flagelo con políticas
adecuadas. Es urgente que el gobierno reoriente sus políticas públicas para
reducir la desigualdad salarial y mejorar las finanzas personales y familiares
de los más pobres y de la clase media, de esa manera el ahorro estará en más
manos, lo cual fomentará la inversión productiva en México, y no tan
concentrado como está hoy, lo que reduce la capacidad de inversión del país.
C). Desigualdad educativa: En nuestro país cerca del 90% del total de estudiantes
entre tres y 29 años estudian en escuelas públicas y un 10% en escuelas
privadas. La UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) otorgó en 2021, 1
lugar de 10 aspirantes, lo que es un reflejo general de todas las universidades
públicas de México; ante estas cifras es de observarse que muchos estudiantes
se quedan si acceso a la educación pública y sólo unos cuantos se van a las
universidades privadas. A nivel de educación superior los pocos jóvenes bien
preparados no son suficientes para fomentar y promover el desarrollo de nuestro
país. El gobierno ha reducido a niveles mínimos su inversión en la educación
pública y por el contrario se ha incentivado la educación privada, lo cual ha
afectado notablemente al grueso de los jóvenes en edad de estudiar
licenciatura, al ser la mayoría de clase baja y media baja. En aspectos
educativos la falta de una política pública adecuada a nivel de educación
superior ha creado una gran cantidad de jóvenes que ni estudian ni trabajan,
llamados (ninis). El efecto negativo de las malas políticas educativas es que
millones de estos jóvenes están en desventaja educativa con unos pocos miles
que tienen acceso a escuelas privadas o que tienes recursos mínimos para
estudiar en escuelas públicas. Sólo el 17 por ciento de los egresados de
una licenciatura que se desempeñaban en una actividad económica, ganan más de
15 mil pesos mensuales, el resto tiene percepciones por debajo de esta cifra, e
incluso, el 5 por ciento declaró que percibe menos de mil 500 pesos, según la
Encuesta Nacional de Egresados 2020 del Centro de Opinión Pública de Laureate
México. En los rangos salariales inferiores a los 8
mil pesos mensuales, el mayor porcentaje es para quienes no tienen título o
cédula profesional. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI) en 2019, de los 2.9 millones de jóvenes en México que
concluyeron sus estudios de educación media superior, solo un millón dijo que
continuó con sus estudios de universidad. De este millón, 21 de cada 100
estudiantes en México terminan la carrera según Líderes Mexicanos. Menos del 10% de estos jóvenes, están bien preparados, y por
su nivel educativo pueden insertarse en las empresas globales, con puestos que tienen
sueldos promedio arriba de los 100 mil pesos, dejando prácticamente a los más
pobres y de clase media y menos preparados en los puestos menos remunerados de
entre 5 y 15 mil pesos. Quedando más de 1 millón de jóvenes por años sin acceso
a la educación por falta de espacio en las universidades públicas o por falta
de dinero para estudiar, de los cuales unos cuantos se integran a la economía
informal y el resto pasa a la delincuencia; aspecto que evidentemente afecta a
la competitividad de nuestro país, tiene un efecto negativo en las finanzas de
estos jóvenes, en las finanzas familiares y en el mediano plazo en las finanzas
públicas. Cerca
del 70% de los egresados de una licenciatura no encuentran empleo al graduarse,
lo que se acentúa más con los egresados de las escuelas públicas que son más
del 50% de ese total. México bajará cada vez más en los escalones de los
rankings de las economías más desarrolladas. Sí la desigualdad educativa
persiste, en el año 2040 México será le treintava economía, ante el bajo
crecimiento y desarrollo económico, ante la falta de competitividad de estos
jóvenes mal preparado o sin preparación; y posiblemente también crecerá el
nivel de gobernabilidad en varias regiones de nuestro país ante los altos
niveles de violencia e inseguridad al incorporarse estos jóvenes a la
delincuencia. Se requiere que la clase gobernante, fomente políticas educativas
que mejoren y fortalezcan la educación superior en México.
C). Desigualdad salarial entre hombres y Mujeres: En México por
cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben 73 pesos, esto representa
que el promedio de la brecha
salarial es de 27 por ciento entre las compañías que participaron
en un estudio que elaboró PwC México, junto con la Bolsa Institucional de
Valores (BIVA) y Mujeres Invirtiendo. A través del estudio ‘Compromiso por la
igualdad salarial: estado de la brecha salarial en las empresas’, en el que
participaron 16 firmas, también se evidenció que en niveles directivos la
brecha fue mayor por tres puntos porcentuales, es decir, alcanzó 30 por ciento.
El país presenta la brecha más pronunciada en términos de disparidad de
salarios entre hombres y mujeres entre los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). (Martínez, 2022).
D). Desigualdad de Ingresos
familiares: México es uno de los países más desiguales del mundo: el 50 por ciento de
las familias menos favorecido tiene ingresos promedio de 42 mil pesos al año,
lo que equivale a un 9% del total, mientras que cerca del 11 por ciento más
próspero, tiene ingresos al año 30 veces más, cerca de 1 millón 300 mil pesos, que
son el 60% de los ingresos totales. El
1% de las personas de más alto ingreso del país capturan una proporción mayor
al 50% de menor ingreso en la población. El
10 por ciento de los más ricos recibe 36 por ciento del ingreso del país, en
contraste con el 50 por ciento de la población que se divide 20 por ciento de
los ingresos; el 10 por ciento más pobre recibe únicamente 1.8 de los
ingresos. Más sin embargo menos de 40 familias, que representan
menos de 20 mil personas se les considera extra ricos, ya que tiene los
ingresos más altos. Con los aumentos de los precios en los bienes y servicios,
es muy difícil que una familia de clase baja promedio con 6 integrante pueda
sobrevivir con menos de 10 mil pesos al mes, y una clase media con 20 mil pesos
difícilmente podrá darle una buena educación a sus hijos; los efectos de la
mala administración de los recursos públicos por la clase gobernante corrupta
han hecho estragos en nuestro país. Estos
niveles tan elevados de concentración del ingreso impactan de forma negativa en
las finanzas de las familias, en el crecimiento económico, afectan la vida
pública y, por ende, la vida democrática del país, formando un círculo vicioso
de desigualdad económica y política. Los bajos ingresos familiares de la clase
baja y la clase media afectan sus finanzas e inhiben el ahorro, reducen el
consumo y baja la inversión tanto productiva como en activos permanentes como
una casa. Al reducirse el consumo y la inversión se limita el dinamismo de la
economía en general, lo que afecta el PIB y las finanzas públicas del país Es
predecible que si la desigualdad en ingresos es tan elevada, la desigualdad en
riqueza lo sea aún más, y esto representa un serio problema que impacta de
forma más fuerte en la igualdad de oportunidades en la sociedad, lo que tarde o
temprano afectará la gobernabilidad en algunas regiones del país así como los
índices de gobernanza exigidos por organismos globales como el Banco Mundial
(BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
E). Desigualdad en servicios financieros: Para que México, tenga un desarrollo social incluyente, es necesario que la mayoría de la población cuente con acceso a productos y servicios financieros y así pueda participar en el desarrollo de la economía nacional. Al compararnos con países de Latinoamérica, México se encuentra rezagado en términos de inclusión financie. De acuerdo con America Martket Intelligence , en Brasil el 88% de la población tiene una cuenta bancaria, en Chile el 82% de la población y en Argentina y Colombia el 60% de la población, mientras que en México es cercano al 50%. Los bancos y otras instituciones financieras formales se ha enfocado en segmentos de clase media hacia arriba, y ponen muchas trabas y requisitos imposibles de llenar a la clase media baja y a las clases bajas, lo que ha originado el crecimiento de entidades financieras informales, que han llenado ese vació de mercado. Las cajas de ahorro, las casas de empeño y otros intermediarios informales, además de los prestamistas particulares (agiotistas), se han encargado de atender a ese segmento excluido de los principales servicios financieros. El crecimiento de las casas de empeño en nuestro país es el resultado de la falta de acceso a financiamiento de más de 30 millones de mexicanos a quienes los bancos no consideran sujetos de crédito por no contar con ningún activo; los bancos se han vuelto elitistas y sólo prestan dinero a un selecto grupo de personas y empresas de la sociedad, mientras que el gobierno mexicano prefiere destinar los recursos de sus Bancos de desarrollo como Nafin, Bancomext y Banobras a un puñado de cuates o personas afines a su ideología, dejando de lado a miles de microempresas y personas del financiamiento, cuyo resultado es la baja creación de empresas, y pocos empleos en absoluto comparable con la gran cantidad de empresas que se crean en Canadá y Estados Unidos, mientras persista esta desigualdad financiera, el crecimiento del PIB dejará por lo menos de crecer en 1% por año.
En México y en los diferentes países
del mundo se han desarrollado ciertos índices para medir la desigualdad económica,
la brecha salarial, la pobreza, el nivel de vida y el bienestar económico,
entre otros; aun y cuando las personas muchas veces no entienden los índices, y
se basan en la percepción, ya que resulta evidente ver la diferencia entre
ricos y pobres, entre los que más ganan y los que menos ganan, los que tienen
acceso a las compras en los grandes malls y los que compran en los mercados
públicos, los que tienen acceso a medios tecnológicos de alto nivel y los que
usan tecnología pública, los que visten con ropa de marca y los que visten ropa
usada; la percepción de la gente es la medición más real, ya que a veces se
observa como ciertas colonias se han degradadado, como existen localidades
agobiadas por la inseguridad y la violencia. La población identifica
rápidamente los efectos positivos o negativos en su comunidad por efectos de la
aplicación de malas políticas públicas, por la ineficiencia administrativa del
gobierno o por la globalización. Independientemente de los indicadores que se
tengan; los índices son muy buenos para que la clase gobernante se ponga las
pilas y adopten políticas públicas de largo alcance en beneficio de la
sociedad. Aparte de formas de medir la desigualdad como el índice Gini, se
tienen medidas económicas como el PIB (Producto Interno Bruto), el índice de
desempleo, la tasa de inflación, el volumen de exportaciones, el índice de
bienestar, el porcentaje de pobreza, el índice de desarrollo, entre otros; cada
vez existen más indicadores y la mayoría son un apoyo para reorientar las
políticas públicas. Dentro de estos indicadores la medición de la desigualdad
ha cobrado relevancia ante los reclamos sociales constantes de la población, a
medida que se analizan las cifras es posible encontrar demasiadas
oportunidades, por lo que la sociedad civil deberá de exigir mejores cuentas a
sus gobernantes, mientras no se de este nivel de exigencia las desigualdades se
irán acrecentando; aparte de estas principales desigualdades se tienen la de
financiamiento para la exportación en dónde pocas empresas tienen acceso a
buenos financiamientos, la desigualdad en apoyos a la ganadería y a la
agricultura, la desigualdad en políticas de contratación de adultos mayores y
de jóvenes sin experiencia, que ninguna empresa los quieres debido a las
regulaciones laborales, la desigualdad geográfica que afecta a personas del
campo y de estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca que ha provocado una gran
emigración de su población, la desigualdad ecológica y la desigualdad
tecnológica, entre otras; existen muchas desigualdades en México, que son un
reto para que la clase gobernante formule e implemente políticas públicas
adecuadas en materia económica, social, educativa y ecológica; nuestro país
debe aprovechar las ventajas de la globalización y llevar mayor prosperidad y
abundancia a la población; no es posible que países como Corea del Sur o España
con menores recursos naturales estén en mejores condiciones que nuestro país;
la cercanía con estados Unidos que es el mercado de consumo más grande del
mundo representa una enorme oportunidad para que miles de micro y pequeñas
empresas exporten sus productos y generen divisas y recursos para el país; la
reducción o eliminación de las desigualdades financieras y de todo tipo,
representan un reto para nuestro gobierno.
FUENTES CONSULTADAS
Martínez, A.
(2022). Brecha salarial en México: Las mujeres ganan 27% menos que los hombres.
Recuperado 27 de julio de 2022, de El financiero website: https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/03/07/brecha-salarial-en-mexico-las-mujeres-ganan-27-menos-que-los-hombres/
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